
Uno, dos… uno, dos,... tres. No se que es lo que hago, pero intento hacerlo bien.Es difícil concentrarse cuando todo parece estar estancado a mi alrededor. Tengo la sensación de no saber encauzar mis pensamientos sobre la realidad, de no liberarme. Miedo a permanecer estancado, a no evolucionar.
Suena Chet Baker y su penetrante dulce melodía, mientras me desconciertan fuertes y bruscos a la vez que familiares evocadores aromas culinarios desde el patio de luces. Esa mezcla de frito casero aderezado con amor y desespero conyugal que rezuma de las ventanas interiores más indiscretas del hogar. Recuerdos de cenas en familia, horas inocentes en las que el mundo parecía ser una mera transformación de lo habitual e inofensivo, conversaciones ignoradas y carencias, muchas carencias; de insistentes avisos y de avisos sin respuesta.Acierto en pensar que ya ha anochecido, no obstante continúo y continuaré unas horas más sentado frente al ordenador. Últimamente parece que es lo único que me libera, que me distrae de mi adormecido interés vital. Creo que hoy no cenaré. Esta tarde me he comido prácticamente una bolsa entera de pipas junto a mi compañera, y cuando digo junto es por remarcar que me sentaba a su lado. Me preocupa un poco desde que escuché lo propensas que son para provocar disfunción eréctil; he pensado... siempre pienso que me va a tocar a mí. Tal vez deba reducir el actual y grandioso consumo, aunque se hace inevitable dedicarse por completo o a modo parcial a la placentera y complicada tarea de ver una tras otra todas aquellas películas que uno siempre quiere ver cuando no dispone de tiempo sin deleitarse con la agradable compañía de unas pipas sin sal, tostadas, y una buena copa de vino tinto. He de escoger bien con que me quedo: placer gustativo o sexual, y está claro… ya he decidido.
Creo que padezco el síndrome del “quiero y no sé”, esa necesidad de expresar todo cuanto se me ocurre, la necesidad de extraer cuanto me imagine, pero sin saber como hacerlo, sin encontrar el medio, la forma, la dirección. En fotografía me satisfago hasta el punto en que me encuentro falto de material, recursos, motivos,… la espontaneidad que tanto me gusta. Sobre la escritura o el dibujo podríamos decir que ahora no me toca. No fluyo hacia ese lado, no por decisión, sino todo lo contrario, me veo incapaz. Y en cuanto a la música… ahí estoy. Mis tres preciosas guitarras duermen estuchadas en sus camas de terciopelo aisladas de mis llantos melódicos pronunciados a golpe de piano cual intento inconcebible de encantador Chopin o extravagante Glenn Gould. Me resulta fácil improvisar y medio crear incontables y desperdiciadas veces sin llegar a completar ningún fragmento propio que sea merecedor de ninguna escucha aún comprensibles y camelados oídos, pero es sobre él, sobre sus teclas, frente su sobriedad y majestuosa presencia abrumadora donde últimamente si llego a alcanzar la paz, donde si me veo capaz y acepto perder de una forma más justificada el tiempo. Con ello no creo que baya a derivar en algo mucho más serio, en algo más al alcance de otros, simplemente me extrae a ratos esa sensación de desasosiego y ahogo existencial que se presta a tantas carencias emotivas y a hacerme pensar que permanezco amarrado al mástil de un barco a la deriva.Sinceramente, creo que he de actuar. He de dar un paso al frente por mucho que cueste arrancar las raíces que tan fácilmente se agarran a los estados más mórbidos y vegetales de mi vitalidad. A menudo dicen que nos acostumbramos a lo bueno, a no hacer nada, y qué ciertas son esas palabras! Contra mi voluntad parezco haber adquirido una habilidad para desmontar mi cotidianeidad y monótona vida, y aunque parezca que eso es un alivio, algo positivo, llegar a alcanzar o conseguir esa normalidad en cierta manera resulta ser de lo más difícil en la actualidad junto a las ya famosas hipotecas y remuneradas nóminas temporales, siendo de gran importancia y de catastróficas magnitudes poder perder ese estado, condición o bienestar social.
Prepararé un cocktail explosivo de vitaminas y voluntad edulcorado con algo de madurez a modo de cápsula imaginaria que tomaré estricta y diariamente hasta que parezca resolver esta cuestión tan aparentemente estúpida. Por ahora y después de reflexionar, o más bien divagar sobre esto, acepto mi propio reto y me pongo en conflicto. Antes acabaré de escuchar el disco que me acompaña y tal vez luego disfrute riéndome mucho más de mí mismo mientras repaso lo expuesto hasta ahora.Creo que me voy a servir una copa de vino……............… hoy duermo mejor.
Mon-.
© Todos los derechos reservados. © All rights reserved.
Moon & Sand, Chet Baker


No hay comentarios:
Publicar un comentario