Desde hace cosa de un mes, me acuesto prácticamente todos los días con una de las canciones que más me han conmovido en mi vida. A modo de nana y siendo lo último que escucho antes de sucumbir al melancólico e irresistible poder de Morfeo, me ausenta de la realidad y me acoge en un manto cálido y dulce de armonía disipando la preocupación y el ahogo existencial. Me traslada a mi estrella junto al ojo lunar más oscuro y me muestra la vida desde otro punto de vista, me explica, me tranquiliza, y me hace entender. Su frágil melodía incita a evadirse y resulta magistral; educa los sentimientos e involuntariamente aprendes a apreciar,..… me consuela. Me anestesia los sentidos cual Ketarol manteniendo el corazón latente, me adormece y me hipnotiza. Empuja mi barca camino a casa; se aleja y se despide hasta mañana, sonríe y no mira atrás. Se que mañana volverá….. mi corazón ahora es un poco más grande…..Para cuando reina el silencio yo ya no estoy. Me he ido con otros.
Kaxo-.
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Fly me to the Moon, Tony Bennett
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